El círculo es uno de los símbolos fundamentales. Si hablamos del círculo, también tenemos que hablar de la circunferencia. El círculo está compuesto por la circunferencia (línea curva cerrada en la que todos sus puntos están a la misma distancia del centro) y el interior.
El círculo como símbolo tiene una asociación representativa histórica con el Sol y la Luna. Nos recuerda inconscientemente a ambas. Cuando ves un círculo en una hoja o en un cartel, lo percibimos como que está en «suspensión», «flotando», de la misma forma que ves la luna por la noche o el sol en una puesta de sol. También lo asociamos al planeta Tierra. Aparece en muchos logos para hacer referencia al concepto de «globalidad» o «mundial»

En general asociamos el círculo a todo lo que tiene forma redonda y que esté muy presente en nuestras vidas: un ojo, una moneda, una rueda, una pelota… Por ejemplo si vemos un cartel que anuncia un partido de fútbol y utiliza en su diseño formas redondas hará que asociemos esas formas con el balón.
El círculo se considera una forma perfecta, continua pues no tiene bordes ni esquinas. En una circunferencia, la línea que vemos podría interpretarse como un camino que no tiene principio ni fin.
Es un elemento sólido, compacto, con mucho peso y fuerza visual. También representa la totalidad, algo global (asociación con la Tierra), algo superior (asociación con el Sol y Luna), movimiento (asociación a todo lo que rueda), a lo infinito o que perdura, a la individualidad (concentra la atención), también a la unidad (forma compacta), al compromiso, la armonía… Un circulo tiene mucha presencia.
La circunferencia al ser una línea también representa una «frontera» o «separación» entre el interior y el exterior, pero concentrando la atención en el interior. Delimita el interior con respecto al exterior. La circunferencia, al ser una línea, es más ligera visualmente que un círculo a a hora de utilizarla en el diseño.